El roble (Ehretia tinifolia L.) es un árbol perteneciente a la familia de las Boragináceas que se encuentra con frecuencia en los solares y huertas de la Península de Yucatán en donde es apreciado por sus propiedades medicinales. De manera natural se distribuye desde el sureste de México hasta Belice, Guatemala, Honduras y Las Antillas formando parte de los bosques tropicales.

Los árboles maduros alcanzan alturas hasta de 25 metros. Es un árbol siempre verde con hojas alternas, oblongas a elíptico-oblangas u obovadas, de 4 a 14 centímetros de largo por 2.5 a 7 centímetros de ancho, lustrosas, con el margen entero, el ápice redondeado u obtuso y la base redondeada o cuneada.

Las flores son numerosas y nacen en panículas densas. Tienen una corola de 3 a 3.5 milímetros de diámetro, con los pétalos oblongos, blancos y los estambres y el estilo largamente exertos.

Los frutos son drupáceos, globosos o ovoides, de 5 a 7 milímetros de diámetro. Al principio son amarillos, después rojo-naranja y al final son de color café. Contienen una pulpa delgada agridulce y dos huesos plano convexos provistos de una o dos semillas cada uno.

El árbol es utilizado como planta de ornato en atrios de iglesias, parques, jardines, avenidas y orillas de caminos por su sombra y por lo vistoso de sus flores y frutos. Se le atribuyen propiedades medicinales. La infusión de las hojas es empleada para detener los vómitos de sangre. Las flores son melíferas y poleníferas.